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Alemania es el mercado europeo de mayor tamaño, elevado poder adquisitivo, un amplio mercado (aunque para muchos productos se puede considerar el mercado alemĂ¡n como una unidad, el paĂ­s estĂ¡ conformado por diecisĂ©is Estados Federados) y estabilidad polĂ­tica y econĂ³mica, por lo que constituye un objetivo atractivo para las empresas con miras a la internacionalizaciĂ³n. 

Llevar a cabo negocios en Alemania, requiere de un nivel de competitividad, esto debido a que el mercado alemĂ¡n en general se encuentra maduro, por ende, la entrada de un producto supone el desplazamiento de otro. Antes de realizar una propuesta de negocios hay que estudiar el mercado objetivo, diseñar una estrategia y, sobre todo, no actuar de forma precipitada, ya que se podrĂ­an perder clientes potenciales. La preparaciĂ³n y planificaciĂ³n son claves.

La principal caracterĂ­stica de los negocios en Alemania es el ordnung (orden). Normas, cĂ³digos, regulaciones, dominan las relaciones empresariales. Si se quiere tener Ă©xito hay que mentalizarse y estar preparado para cumplirlas. Ceba mencionar que a los alemanes no les gustan los negociadores que hablan sin plenos conocimientos. Si no se sabe algo con certeza, es mejor callarse. Hay un refrĂ¡n que expresa muy bien Ă©sta idea: Reden ist Silber, Schweigen ist Gold «Hablar es plata, callar es oro».

La puntualidad en todos los aspectos comerciales en Alemania (reuniones, plazos, pagos, etc.) es obligada. Si se han previsto treinta minutos para una presentaciĂ³n no deben exceder este plazo. Igualmente, las citas deben establecerse con bastante antelaciĂ³n (al menos tres semanas) y al mĂ¡s alto nivel posible.

En lo que se refiere al comprador alemĂ¡n, sea importador o distribuidor, cabe mencionar que el empresario es conservador: no cambia fĂ¡cilmente de proveedores y tampoco le interesan los negocios puntuales, sino las relaciones a medio plazo. Para entrar en el mercado hay que ofrecer algo adicional, ya sea un producto novedoso o una ventaja en precio.

El comprador alemĂ¡n, comĂºnmente, se concentra en dos objetivos: la calidad del producto y el servicio. Se orienta sobre todo hacia la producciĂ³n y a los aspectos tĂ©cnicos. Por ende, es un requisito previo cumplir la compleja normativa industrial del paĂ­s. Cada producto estĂ¡ sometido a unas normas; las mĂ¡s conocidas son las Deutsche Industrie Norme «DIN» fruto de la colaboraciĂ³n entre la AdministraciĂ³n y cada uno de los sectores industriales. El cumplimiento de normas y garantĂ­as de calidad no obedece sĂ³lo a la legislaciĂ³n federal sino tambiĂ©n a las exigencias de los distribuidores y clientes.

El precio es tambiĂ©n un elemento esencial ya que el mercado alemĂ¡n es uno de los mĂ¡s competitivos del mundo y hacia Ă©l confluyen las ofertas de miles de proveedores. Para fijar precios hay que tener en cuenta los altĂ­simos costos de comercializaciĂ³n y no dejarse confundir por los elevados precios de venta al detalle.

Por Ăºltimo, si el comprador alemĂ¡n presenta dudas, por lo general serĂ¡, sobre todo, acerca del cumplimiento de las condiciones y del servicio, mĂ¡s que del producto, de ahĂ­ que recabe informaciĂ³n detallada sobre la empresa proveedora.



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